El mundo se mueve por creencias, ideologías, aquello que alcanza un liderazgo y logra una aprobación mayoritaria. En este artículo me atrevo a hacer una comparación entre las marcas y las religiones porque ambas utilizan la fe como medio para alcanzar su mensaje.
Este artículo junto con los siguiente que iré publicando hablarán del éxito de las marcas. En este primero planteo que para mi el éxito de una marca es: que sea un acto de fe.
El mundo se mueve por creencias, ideologías, aquello que alcanza un liderazgo y logra una aprobación mayoritaria. La globalización ha provocado un mundo lleno de bazares de tentaciones, los que no nos da tiempo a conocer.
Cambiamos nuestro dinero por producto o servicio, creemos que ello nos va a compensar porque estamos depositando en él y no en otro nuestras expectativa, por eso comprar es un ejercicio de fe.
Me atrevo a mencionar que las marcas son como las religiones porque:
La característica más destacada en relación a la religión es la utilización de la fe como medio para alcanzar sus mensajes. Si analizamos el mensaje de la religión de forma breve vemos que ofrece: el lugar concreto al que debemos llegar (cielo); los medios para llegar a él (los mandamiento) y los ritos concretos que debemos practicar (la misa). El hombre cree porque quiere ser feliz.
Las marcas utilizan la fe para llegar a una felicidad en el momento presente a partir del consumo de su producto o servicio. Si analizamos su mensaje te ofrecen: un producto concreto (ejemplo una marca de agua, etc); los medios para llegar a él (la publicidad, etc); los valores añadidos a la marca (beber una botella de agua al día, etc). El hombre cree en la marca porque quiere conseguir el placer y el bienestar (felicidad)