Mi primera pregunta cuando pienso sobre la creatividad es por qué ahora tomamos conciencia de la importancia que esta tiene en la actualidad. Hoy nos encontramos en un mundo sometido a la globalización: grandes cambios que plantean problemas nuevos a los que tenemos que dar nuevas soluciones. La creatividad es nuestra posibilidad.
Comenzamos el tercer milenio, vivimos un tiempo de cambios inmensos, unos cambios de tal relevancia que poseen características nuevas respecto a épocas anteriores. Podemos describir estos cambios relativos a la ciencia, a la tecnología y a un factor muy importante en este momento que se llama globalización.
Estos cambios requieren nuevos modelos de interpretación de la realidad, desarrollar otras capacidades humanas como la creatividad y una crítica del pensamiento tradicional para poder despertar mentes nuevas para el futuro. Debemos considerar qué formas de pensar son esenciales, cuáles son necesarias potenciar y de qué modo combinarlas para conseguir los fines propuestos.
Hoy nadie duda de que la globalización sea uno de los rasgos más importantes del momento actual. Según Howard Gardner, la globalización consiste en“un conjunto de factores que debilitan o incluso llegan a acabar con algunos estados, un proceso que en ocasiones ha sido denominado «desterritorialización»”.
Siguiendo al mismo autor, las cuatro tendencias que presentan este fenómeno son:
a) El movimiento de capitales y otros instrumentos del mercado, con enormes cantidades que circulan prácticamente de forma instantánea cada día por todo el globo.
b) El movimiento de seres humanos a través de las fronteras, con más de cien millones de inmigrantes diseminados por el mundo entero en todo momento.
c) El movimiento de todo tipo de información a través del ciberespacio que pone a disposición de cualquiera que tenga acceso a un ordenador megabytes de información con diversos grados de fiabilidad
d) El movimiento de la cultura popular -ropa, alimentos y canciones de moda-, que circula de manera fácil e incluso continua a través de las fronteras, de modo que el aspecto de los adolescentes resulta cada vez más similar en todo el mundo, al igual que también convergen los gustos, creencias y valores de los adultos.
Expuestos los factores de la globalización lanzamos la siguiente pregunta: ¿cómo podemos preparar a los hombres de hoy a sobrevivir y prosperar en un mundo que será diferente al que hemos conocido, o incluso imaginado?. Pienso que el error es considerar que la ciencia es el modelo del conocimiento válido de explicación por encima de cualquier otro modelo, debido a que sus afirmaciones sobre los hechos del mundo se consideran la «verdad». Considero, como comenta Howard Gardner, que “la ciencia es el prototipo de todo el conocimiento y no una potente modalidad del conocimiento que requiere del complemento que puedan aportarle enfoques artísticos y humanísticos, y quizá también espirituales”. El creativo será aquel que ante lo conocido lance preguntas hacia lo desconocido para crear nuevas hipótesis, de esta forma transgrede las barreras de lo formalmente aceptado.
Superado y eliminado el prejuicio que en tiempos pasados se tenía de la creatividad, comparto con Gardner la idea de la necesidad de potenciar dicha capacidad:
“En la sociedad global e interconectada en la que vivimos la creatividad es algo preciado, cultivado, elogiado. Pero no siempre ha sido así. En la mayoría de las sociedades humanas, a lo largo de la mayor parte de la historia de nuestra especie, no se ha apreciado ni premiado la creatividad. Así como los seres humanos tendemos a ser conservadores, inclinación que se opone a la innovación educativa y a los saltos interdisciplinares, las sociedades humanas procuran también conservar sus formas actuales. Si los logros alcanzados por la sociedad del antiguo Egipto nos resultan sorprendentes es porque olvidamos con excesiva facilidad que la sociedad ha evolucionado a un ritmo casi geológico. Y aunque los científicos innovadores como Galileo Galilei despiertan nuestra admiración, es preciso recordar que Galileo fue denunciado y apresado, que Giordano Bruno, su antepasado científico inmediato, fue quemado en la hoguera. Durante su vida ni Johann Sebastián Bach ni Vincent Van Gogh ni tampoco Gregor Mendel recibieron muestras de aprecio, y Freud, Darwin y Keynes tuvieron que afrontar también su cuota de burlas”.
La creatividad está relacionada con el mundo del arte, el diseño, la empresa, etc. La cuestión es cómo potenciar la sensibilidad necesaria para desarrollar la creatividad. Lo que sí está claro es que en un futuro inmediato aquellas sociedades que pretendan prosperar tienen que tener más creativas. Definir qué es la creatividad en este momento no es la cuestión, en cambio parece conveniente, como punto de partida, citar a Howard Gardner, porque entiendo que sus palabras recogen la característica esencial de la creatividad: “La prueba de fuego de la creatividad, inherente a cualquier ámbito del que tratemos, se puede enunciar de forma sencilla: tal aportación creativa que se ha hecho, ¿ha modificado de forma significativa el dominio en que se actúa?”. Por otra parte, la cuestión es: ¿cuándo se puede asegurar que la aportación de alguien sea creativa verdaderamente al no contar con criterios inequívocos de creatividad?
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