El blog de creatividad de Marielo.
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Comienza a ser creativo

Creatividad

Generalmente consideramos las ocupaciones creativas como actividades de ocio y una capacidad de unos pocos. Hoy ya se puede afirmar que existe una creatividad natural y hay que desarrollarla. Dediquemos un tiempo al día realizar alguna actividad que saque nuestro lado creativo para no caer en el abismo de la monotonía.

“Lo que me atraía no era tanto el arte en sí mismo como la vida del artista y todo lo que eso significaba para mí: la idea de la creatividad y la libertad de expresión y de acción. La pintura y el dibujo me atrajeron durante mucho tiempo, pero no eran una pasión irresistible; lo que yo quería, por encima de todo, era escapar a la monotonía de la vida.”

                                                           PIERRE BONNAR

Cuando vivimos la vida de manera automática, no vemos, oímos, saboreamos o experimentamos gran parte de lo que podría convertir una vida al borde del aburrimiento en una existencia rica y llena de emoción. Emprender una actividad artística es una manera de ayudarnos a pasar de una inconsciencia excesiva a una vida más consciente. Si nos empeñamos a fondo en esta nueva actividad podremos ver lo estimulante que resulta una vida más plenamente consciente.

Toda esto suena muy bien pero, al igual que a muchos nos gustaría probar una nueva ocupación, la mayoría de nosotros tiene miedo de empezar. Muchos hemos abandonado actividades como la pintura, el arte, la música o los deportes para dedicarnos a una carrera y a la familia, pensando que ya retomaríamos esas ocupaciones creativas más tarde. Y de la misma manera que podemos tener ganas de probar, seguimos dejándolo estar porque nos da miedo hacer el ridículo emprendiendo nuevas actividades por vez primera.

Si dejamos de juzgarnos a nosotros mismos, la creación artística tiene más posibilidades de darse. La dificultad estriba en convencerse a uno mismo de que no hay que juzgar.

La creatividad no es una bendición que sólo unos pocos seres especiales han recibido desde lo alto o con la que han nacido. Nuestra naturaleza creativa es una parte integral de nuestras vidas cotidianas, que se expresa a través de nuestra cultura, nuestro lenguaje e incluso nuestras actividades más mundanas. “El arte -escribió el pintor Robert Henri -, cuando se entiende de verdad, es la esfera de acción de todo ser humano”.

Imagínese que está terriblemente hambriento y da vueltas por una estancia con una mesa llena de deliciosa comida. Si no hubiera gente, ninguno de nosotros necesitaría una motivación extra. Probaríamos un poco de todo, comeríamos lo que nos apeteciera, y disfrutaríamos del festín. Pero si la habitación se llenara de gente, empezaría a pasarnos un montón de cosas por la cabeza que nos harían vacilar: cómo me juzgarán los otros si me lleno el plato; tal vez debería, dadas las circunstancias, vigilar el peso en vez de comer con buen apetito; mejor escucho qué piensan los demás sobre las cualidades de ese plato. Confrontados con tales consideraciones socialmente inducidas, bien podría darse el caso de que nos quedáramos hambrientos. De la misma manera, hay obstáculos socialmente construidos que nos impiden vivir nuestro yo creativo. Alguien podrá aducir que a veces no está mal aprender a refrenar nuestro apetito, pero no creo que nadie pueda alegar que nos beneficia renunciar al placer de nuestra creatividad natural, de nuestro espíritu creativo.

¿Cuántas veces hemos abandonado actividades como el arte, la música, la escritura o la danza – o una multitud de otras dedicaciones creativas – para centrarnos en una carrera y en la familia?. Generalmente, consideramos esas ocupaciones creativas como actividades de ocio, y la palabra sugiere que más bien carecen de importancia. Y sin embargo, bien pudieran ser la clave al problema de encontrarle un sentido y una satisfacción al resto de cosas de nuestra vida. Debido a que las tomamos por ocio, no implican una amenaza para nuestra autoestima, algo que sí sucede con los cambios en otros aspectos de nuestra vida.

Dediquemos un tiempo al día a realizar alguna actividad creativa para liberar nuestra mente y no caer en el abismo de la monotonía.

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